REQUIEM
No pretendo asustar a nadie ni
presumo de gustos retorcidos y balaustrados, mas ¿Qué hay humano sino la vida y
su contraria la muerte? Femeninas las dos. Les gusta exhibirse y a lo grande, a lo sincero, a lo desnudo.
Nacemos para morir. Morimos para
renacer. Una sentencia es física y la otra religiosa e ideológica. Por eso las
religiones tienen tanto éxito, nos aseguran un después. Es extraño este
binomio: asegurar, fidelidad. Somos leales a quién nos asegura un porvenir, el
futuro. Ya sean religiones o patrones, a ambos se les perdonan excesos y
defectos múltiples. Son los dueños de nuestro devenir, en los que confiamos
nuestro posible futuro. Lo curioso es que nos tranquiliza, nos da estabilidad
emocional y reduce nuestros impulsos violentos. A mas incertidumbre más
violencia social e individual, este binomio lo sabían bien los faraones
egipcios, el libro de los muertos es un claro aviso a los futuros regentes.
Casi nadie sabría decir lo que ha
hecho, con exactitud, los últimos años. Pero todos podemos disertar durante
horas lo que queremos que ocurra en los cuatro siguientes. Esta paradoja
circular nos lleva a un deseo interior, se lo que quiero y quiero que alguien
me lo asegure. De esto viven también los políticos, sino no es explicable tanta
fidelidad ante tanta burda mentira, sabemos que nos mienten pero esto nos
conforta y es eso lo que buscamos.
Los líderes ofrecen la
tranquilidad de un después controlado y asegurado. Se arriesgan a ir al rio, es
su misión natural. El ser humano pelea el presente y se vende por el futuro,
muchas veces representado en los hijos, de ahí surge la estigmatización de no
tener hijos; parte de ti no seguirá en el Mundo tras tu muerte. Hay que cuidar
nuestro legado biológico a toda costa, incluso nosotros mismos. No hay mayor
héroe que la que se sacrifica por un hijo. Los romanos estaban liberados de la
actual ligazón consanguínea. Pero también necesitaban saber que les ofrecerían
un Réquiem junto a sus manes, lares y penates. Necesitaban saberse
transcendentes.
FCO. JAVIER ARTAL