ME LO QUEDO
La mayor parte de los artículos hacen filosofía del día a
día, llamada por JAVIER de proximidad. La proximidad es de lo más humano que
existe, hablar de ello es hacer filosofía humana con metodología humanística.
En algunos artículos se hace referencia a un suceso económico
que ha ocurrido a lo largo y ancho del mapamundi. La gente se queja de que una
serie de gente se ha quedado con el control de una serie de empresas bajo la
apariencia de una magnífica y desinteresada gestión. Digo apariencia ya que si
se repara en la gestión total, la suma de las pequeñas partes, el resultado es
negativo. El ejemplo más claro son los grandes bancos, al final nos han metido
en una grave crisis, pero los gestores siguen diciendo que ellos no han tenido
nada que ver, siempre hay alguien a quien culpar.
En las organizaciones sociales ha ocurrido lo mismo. Personas
con buenas intenciones se han ido, en un proceso de dos décadas, haciendo los
dueños de las respectivas organizaciones no por el número de acciones sino por
algo más sutil, actúan como los dueños sin admitir ninguna discrepancia, ni
interna ni externa. Han ido acomodando los respectivos consejos o patronatos a
su interés. “No me atacan a mí, atacan a la empresa”, es su mantra. Solo la
unión de patronos, consejo y empleados ante un dislate tremendo, puede hacer
que cese en su función ya que han blindado su puesto. Ellos se van, arruinando
la empresa, pero los palmeros que son los más lucrados y subidos de status no
solo no se mueven sino que son aupados a un nivel superior, por supuesto siguen
manejando de igual manera la organización y los que han hecho posible, con sus
denuncias un giro empresarial, son los más denostados y posteriormente
despedidos.
Todo lo anteriormente es normal, entra en la condición humana,
la soberbia y la vanidad es consustancial a la condición humana. Solo con
filtros internos y externos potentes en su sentido crítico, muchos pepitos
grillos en la plantilla y patronatos, pueden evitar la quiebra social y de
confianza. El primer síntoma es no reconocer las críticas internas, es un “toca
huevos”, luego las externas, “nos tiene manía” “no conoce lo que hacemos aquí
“. Si no llegan claras las señales el resultado es obvio y predecible. Al final
siempre hay un desaprensivo que piensa esto yo me lo quedo, eso si diciendo:
“somos los mejores y la primera empresa en ser esto o aquello”. Saben que
cultivando la vanidad ajena tienen todo ganado.
MARÍA SANCHO.