LA MENTIRA
La mentira es la virtud más
humana y humanista que existe. Solo es si está compartida, el autoengaño es una
fantasía no una mentira. Uno no se puede mentir a si mismo, ya que la condición
para que exista la mentira es; la intención de que otra persona se lo crea.
Independientemente de si saca beneficio
o no, el cual suele coincidir pero no es imprescindible, no es el objetivo
final.
Lo paradójico es la credibilidad
de los mentirosos, a más mentira más credibilidad. Todos hemos tenido un
compañero de trabajo que no paraba de decir mentiras sobre él y sobre los demás
y ha sido el primero en ascender. Otras le llaman trepa. El Jefe, siempre
crédulo con este tipo de personajes, no es capaz de tener un criterio crítico
con él y aunque le descubras la mentira, le disculpa, pasando a ser tu misma la
mala de la película. Así aprendemos a callarnos con los Jefes. Claro, entonces
surge la duda de ¿Será que los jefes necesitan a alguien que les dore la
píldora admitiéndoles las mentiras?
Todos mentimos, las personas y
las organizaciones, estas más que ninguna otra cosa. Podríamos decir que está basada
en la unión de muchas mentiras. Todo el mundo se engaña mutuamente, en los
objetivos, en los resultados, en todo. Pero lo mejor es que todo el mundo lo
sabe y acepta su papel en esta farsa. Seguramente, por esto es por lo que los
programas del corazón tienen tanto éxito, sabemos que todos mienten y nos auto
representamos en esa comedia bufa que seguimos a diario sin tener problemas de
conciencia. “para así no pensar en otras cosas “nos y les decimos. MENTIRA.
MARIA GONZALEZ
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