Maquiavelo parte de una
metodología propia de su época. Si nos queremos ceñir a ella, hay que tener en
cuenta los aspectos culturales vigentes en el
Siglo XV. Aunque no es ese el propósito de este debate, voy a hacerlo ya
que me viene bien al FIN que me motiva a escribir este artículo-ensayo.
El título da una idea de
aquello que quiero exponer. No es otra cosa que la constatación de un hecho
objetivo. “Nunca en la historia ha habido una proporción tan elevada de
población marginal en nuestra sociedad, ni con visos de aumentar tan
fuertemente”. Efectivamente, la clase marginal ya casi supera a la clase baja. Su
población aumenta aritméticamente, en proporción a los recursos destinados a su
conservación.
Estamos dedicando mucho
esfuerzo al aumento de la calidad de vida de un sector de población, que no
está dispuesto a modificar sus hábitos de conducta para integrarse en la forma
de sociabilidad dominante, la cual
permite conservar la armonía en el Estado de bienestar. Su integración es muy lenta
y escasa en cuanto a número, sin visos de mejorar. Es el problema, ya viejo, de
creerse culturalmente mejor y apoyarse
en la asunción de la fuerza para obtener réditos que les permitan seguir
sintiéndose superiores.
Con el paso del tiempo podría
ser absorbidos por la mayoría, pero solo si su población no superase un
determinado porcentaje de población, actualmente ya está superado. O tomamos
medidas correctoras, al estilo yanqui, o la espiral de violencia, que ya ha
empezado,( la crisis lo tapa todo) será cada vez más recurrente haciendo muy
difícil el entrar en ciertos barrios, ya bien llamados MARGINALES.
GERMÁN BARRACHINA
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