miércoles, 5 de septiembre de 2012

1989




1989

Es una fecha maldita para los que creemos en algo distinto a este revoltijo ideológico actual. Cambió el orden mundial, fue un cataclismo social tan importante para la humanidad como lo fue la Revolución francesa en 1789. Casualmente el año se parece un poco.
Cayó el muro de Berlín como todos saben más o menos. Por fin ha ganado el capitalismo al comunismo. La Democracia ha arrasado a la dictadura del proletariado. ILUSOS, que engaño mediático nos metieron. La realidad, como bien saben los rusos, es totalmente diferente. No fue la Democracia quien se impuso, sino el liberalismo económico, basado en el consumo irracional y masivo, tanto de masas como individual. El mensaje era cuanto más tienes más eres ergo eres si tienes. El modelo lo marcan los publicistas que se autoalimentan de cosas y cosos inútiles.
El coso es un nuevo artículo de consumo ideológico para las masas. Nada nuevo bajo el sol de la historia. Se les denominan asuntos bizantinos. Para que triunfen tienen que estar en contra de algo y de algunos; al no existir el comunismo hay que crear otros enemigos. Al no encontrar uno tan global, aunque casi, motivan los parciales. Todos tenemos ganas de revancha en algún momento, algunas en todos. Por eso triunfan tan rápido el odio y el resentimiento se propagan con gran rapidez, aunque pronto se escapan de control.
Ese es el objetivo: distraer a la población. El comunismo nunca fue enemigo del neoliberalismo triunfante hoy en día. El enemigo era y es el ESTADO DE BIENESTAR. Desde 1989 lo que se está produciendo es un continuo ataque de un modelo capitalista a otro modelo capitalista: neoliberalismo contra el Estado del bienestar (Que es el que realmente querían los rusos). Desgraciadamente Marx tenía razón y estamos en una nueva fase de autodestrucción de un modelo capitalista iniciado en 1789. Solo puede quedar uno, es cuestión de avaricia.


ROSARIO SESMA  

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